En estos meses llegan a nuestra oficina de House Hunting en Ferraz multitud de estudiantes en busca de un piso para compartir, principalmente en las zonas cercanas a las universidades como ICADE, el CEU o la Complutense (Moncloa, Argüelles, Princesa, Rosales). Muchos de ellos han arrendado piso con anterioridad y saben lo que es la convivencia con otros compañeros y los pros y los contras que conlleva. Sin embargo, en ocasiones no sucede así. Para todos ellos hemos seleccionado algunos consejos que conviene tener en cuenta.

Conseguir que la convivencia bajo un mismo techo con amigos o desconocidos sea un éxito es la prueba de fuego que deben pasar todos aquellos que por las circunstancias que sean vayan a compartir piso. Saber escoger bien a los compañeros de aventura y respetar al máximo las normas pactadas, son algunas de las claves.

No es nada nuevo afirmar que compartir la vivienda, sea como propietario o como inquilino, no es tarea fácil. Los problemas que genera la propia convivencia con los compañeros, así como la pérdida de espacio personal e intimidad, pueden darnos algún que otro quebradero de cabeza.

Pero incluso con el supuesto que en algunos momentos no va a ser fácil, algunos consejos básicos, sobre todo para aquellos que vayan a compartir piso por primera vez, pueden ayudar a prevenir y/o sobrellevar los problemas y transformarlos en una experiencia de valor añadido.

•Si existe la posibilidad, mejor intentar compartir el piso con algún conocido o amigo de conocidos. En principio tendrás el factor confianza a tu favor y, salvo sorpresas inesperadas, la convivencia puede resultar más llevadera.

•Las normas sobre orden y limpieza deben quedar claras, y si puede ser por escrito mejor, desde el primer momento. La mayoría de problemas surgen a raíz de malentendidos tipo «te tocaba a ti limpiar el baño», «haz el favor de recoger la cocina», «por qué dejas todo tirado por ahí»…

•Establecer unas reglas generales en los espacios compartidos como horarios o turnos para ducharse o poner lavadoras, pactar la programación televisiva que se quiere ver o un horario determinado para recibir visitas y no molestar al resto de compañeros.

•El estado anímico y el bienestar depende, en un alto porcentaje, de cómo y cuánto hemos dormido por la noche. Por ello, también es recomendable establecer una hora límite para hacer ruido por la noche. Respetar las horas de sueño de los compañeros y que éstos respeten las tuyas puede evitar más de una discusión.

•Tu habitación será el único espacio personal e íntimo de que dispongas. Adáptala al máximo a tu gusto para que te sientas cómodo y tranquilo en ella.

En definitiva, y a pesar de las imprescindibles normas que deben respetarse, un «Vive y deja vivir» sería un buen consejo, aunque los mejores se aprenderán, seguro, a lo largo de la convivencia. En este sentido, como en casi todo, la experiencia es un plus.