A modo de introducción, cabe destacar que los tipos de hipotecas se podrían clasificar, de un modo resumido, en tres grandes grupos, que serían los siguientes:
-. Hipoteca fija: Le es aplicado un tipo de interés constante, pese a las fluctuaciones u oscilaciones del mercado.
-. Hipoteca variable: El importe de las cuotas mensuales varía en base a un índice de referencia, que suele ser el Euribor, aunque no siempre lo sea.
-. Hipoteca mixta: Le es aplicado un tipo de interés fijo, constante, durante un periodo inicial superior a un año, y transcurrido este espacio temporal, se transforma en variable.
¿Cuál de estos tres tipos de hipotecas te convendría más elegir en este momento?
No sería prudente despejar este interrogante con una respuesta matemática, puesto que está condicionada por múltiples factores de índole colateral y cambiante. Lo que sí te podemos revelar es que los tipos de interés se encuentran en números bajos, tanto en el caso de las hipotecas fijas como de las variables.
Por un lado, cabe considerar que, con las hipotecas variables, uno corre el riesgo de que los tipos de interés asciendan, conditio por la que recomendamos a las personas que perciban un salario lineal que se inclinen por una hipoteca fija.
A contrario sensu, aconsejamos a aquellos que puedan, en un futuro cercano, asumir el pago de una hipoteca, véase porque hayan recibido el dinero de una herencia, que se decanten por una hipoteca variable.