¡Atención! Que probablemente después de leer esto nos quejemos menos de nuestros fríos inviernos.

Hablamos de un pueblo al este de Siberia donde la temperatura media en invierno es de -50º… sí, son muchos grados bajo cero, pero se han llegado a registrar incluso los -71º en 1924… siendo el lugar poblado más frío de todo el planeta.

En invierno, una de nuestras mayores preocupaciones es cómo mantener la casa caliente. Ahora imaginemos cómo lo hacen en las casas de Oymyakon: La realidad es que todas las casas, que están hechas de madera y aislantes naturales para que sean más cálidas, reciben calor a través de una única central térmica que quema leña 24 horas al día. Independientemente de esto, cada casa cuenta sus propios recursos como chimeneas, cámaras de aire entre las entradas y las estancias principales, algunas tienen puertas recubiertas de pieles y están algo elevadas del suelo ya que este está completamente congelado.

Pero no es solo mantener la casa caliente, a todo hay que acostumbrarse por supuesto, así que aquí van otros datos curiosos sobre la “vida en el hielo”:

–          Si no te abrigas bien, te congelas, literalmente.

–          Los coches, como las ventanas de las casas, tienen doble cristal.

–          Si sacas el móvil en la calle, se congela.

–          La tinta de los bolígrafos se congela.

–          Los coches se guardan en garajes climatizados. A los -20 dejan de funcionar.

–          Si quieres volver a casa después de salir en el coche… no lo apagues.

–          Días de -52º: Días sin cole!

–          El patio del cole es un pasillo.

–          Si no es necesario, no se sale.

–          En las casas no hay baño, las cañerías se congelarían.  Una letrina cavada en el hielo en el exterior de la casa, hace el servicio.

–          Como no hay tuberías, tampoco hay agua corriente.

–          ¿Agricultura? No, no hay nada que crezca con tanto frío.

–          Y sí… ¡Hay verano de hasta 34º! Que por cierto dura poquísimo.

–          Y también hay turismo, por si te animas a conocer en persona cómo es la vida en Oymyakon.

 

¡Vamos! Que ya falta menos para la primavera.