¿Puedes vender una casa por tu cuenta? Naturalmente, al igual que puedes curarte de una peligrosa enfermedad por tus pistolas o solucionar una peliaguda controversia jurídica por ti mismo, sólo que para lo primero, es necesario que estudies medicina y te especialices, y para lo segundo, que te saques la carrera de Derecho y adquieras experiencia en un despacho de abogados.

Todos podemos solucionar nuestros propios problemas, pero, muchas veces, la solución de los mismos requiere tal dedicación y conocimientos que si queremos hacer las cosas bien, no nos queda otra que dejarnos acunar por los brazos de un profesional.

Tras este breve acercamiento a la realidad, procedemos a revelarte 25 riesgos de intentar vender una casa por tu cuenta:

1). Realizar un análisis comparativo del mercado inmobiliario de calidad, comparando precios del momento con las viviendas de un distrito y del colindante, es una titánica labor que requiere infinidad de tiempo de dedicación e ímprobos esfuerzos si no eres experto en cuestiones inmobiliarias. Es más, te arriesgas a hacerlo mal después de haberle dedicado tanto empeño, celo y esmero.

2). Antes de exponer tu casa al escaparate del mercado inmobiliario, debes hacer una sesuda limpieza de objetos personales. Ten cuenta que si quieres que Menganito la compre con los gustos de Menganito, no querrá imaginársela decorada al estilo de Fulanito. Además, una vivienda repleta de muebles, bártulos y cachivaches no permite ver con nitidez el tamaño de la misma, y los metros cuadrados son de una importancia capital en la compraventa de un inmueble. Es importante gozar de un profesional que te asesore sobre qué cosas dejar y cuáles retirar.

3). Es importante gozar de un profesional que se encargue de hacer unas fotos comerciales, arrobadoras o cautivadoras de cara al cliente potencial. No sólo basta una buena cámara y un magnífico fotógrafo, sino también unas nociones comerciales de fotografía inmobiliaria. Vivimos en la sociedad de los escaparates fotográficos.

4). Además de las fotografías, los vídeos son el último grito del mercado inmobiliario y de muchos otros sectores. Una grabación de calidad que permita al posible comprador realizar un tour virtual, incrementa, desde un punto de vista emocional, el valor de tu casa. ¿Vas a consentir que algo tan valioso como un inmueble valga menos por negarte a realizar un vídeo profesional?

5). Posicionar la vivienda bien en internet frente a la maña, destreza y afilado colmillo de la competencia.

6). Realizar, con pericia y competitividad, la técnica del home staging, puesta a punto y decoración, tan demandada hoy en día.

7). Buscar la documentación pertinente y bucear en las escrituras y seguros. Un agente inmobiliario te ahorra infinidad de tiempo y quebraderos de cabeza.

8). Comprobar exhaustivamente que no existen deudas con la comunidad de propietarios ni cargas registradas. En el caso de que existan, los dolores de cabeza que esto te puede generar son incalculables.

9). Llevar a cabo una inspección previa para localizar posibles fallos o deterioros en las instalaciones. Terreno pantanoso y peliagudo.

10). Disponer de tiempo, motivación, dinero y conocimientos para publicar anuncios efectivos en internet.

11). Dedicar tiempo a hacer buzoneo y saber dónde centrar el disparo para matar varios pájaros de un tiro, en aras de no perder un lapso excesivo de tiempo en realizar varios intentos malogrados.

12). Tener plena disponibilidad -mañanas y tardes, laborables y festivos- para recibir a posibles compradores.

13). Conocer técnicas para que no roben nada dentro tu casa, puesto que abundan los ladrones que interpretan el papel de visitadores de inmuebles.

14). Recoger y llevar de vuelta a casa a tus posibles compradores para que sientan que están siendo tratados con la mayor deferencia y distinción. Esto, aunque parezca a simple vista una tontería, aporta un plus emocional que puede hacer a un comprador potencial decantarse por tu propiedad cuando está dudando entre la tuya y otra.

15).  Responder a las pegas u objeciones con aplomo, serenidad y sobre todo, con contestaciones convincentes. El apaciguamiento en la tempestad, la gallardía y la elocuencia son determinantes frente a un comprador meticuloso.

16). Redacción, supervisión, entrega y explicación pormenorizada de la escritura y del contrato de compraventa.

17). Estar adiestrado en el arte de la negociación para lidiar con éxito con un posible comprador ducho en cuestiones inmobiliarias.

18). Saber estudiar con detenimiento y responder con poder de convicción a las ofertas.

19). Orientar al comprador sobre las maneras que tiene de buscar vías de financiación para la adquisición de la vivienda.

20). Recopilar toda la documentación y acercarla hasta la notaría.

21).  Fijar el día y la hora de firmar.

22). Analizar, con riguroso tino, la plusvalía, el coste fiscal y la ganancia patrimonial.

23). Llevar a cabo la liquidación de impuestos.

24). Personarse en los lugares pertinentes para ejecutar el cambio de titularidad.

25). Una vez realizada la compraventa, encargarse de ser permeable y receptivo a las consultas, incidencias, lamentos y querencias del nuevo propietario.

¿Sigues pensando que es un proceso sencillo vender una casa por tu cuenta? Por algo, la abrumadora mayoría de los propietarios depositan su confianza en una inmobiliaria.

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