Como en cualquier otro proceso, en el alquiler de una vivienda puede surgir algún que otro contratiempo o problema. Los más comunes en este caso son los siguientes:

1. Falta de pago o pagos atrasados
El incumplimiento en el pago del alquiler es uno de los conflictos más frecuentes. Esto puede generar acciones legales por parte del propietario, como el desalojo.

2. Daños en la propiedad
El deterioro del inmueble por mal uso o negligencia puede causar disputas. Es importante diferenciar entre desgaste natural y daños atribuibles al inquilino.

3. Mantenimiento y reparaciones
Suele haber confusión sobre quién debe hacerse cargo de las reparaciones. El arrendador debe cubrir las estructurales y de habitabilidad, mientras que el inquilino responde por los daños causados por su uso.

4. Incumplimiento del contrato
El subarriendo sin permiso, cambiar el uso del inmueble o abandonar la vivienda antes de tiempo sin aviso puede violar el contrato.

5. Depósito de garantía
Muchos conflictos surgen cuando el arrendador no devuelve el depósito o el inquilino deja deudas o daños que justifican retenerlo. Lo ideal es hacer un inventario firmado al inicio y al final del contrato.

6. Falta de contrato o contrato poco claro
Alquilar sin contrato escrito o con cláusulas confusas es un gran riesgo para ambas partes. Puede complicar la resolución de problemas y generar inseguridad jurídica.

7. Problemas de convivencia o ruidos molestos
Si el inquilino causa molestias a los vecinos o hace fiestas, el propietario puede recibir quejas y tener que intervenir.

8. Aumento injustificado del alquiler
El arrendador no puede aumentar la renta de forma arbitraria. Debe seguir lo establecido en la ley o el contrato.

9. Acceso no autorizado del propietario
El arrendador no puede entrar al inmueble sin consentimiento del inquilino, salvo en casos de emergencia o si el contrato lo especifica.

10. Desalojo forzoso o irregular
Desalojar sin orden judicial o presionar al inquilino para que se retire puede considerarse ilegal.

 

¿Cómo prevenir estos problemas?
  • Firmar un contrato claro y legal.
  • Establecer reglas por escrito desde el inicio.
  • Comunicar cualquier problema por canales formales.
  • Cumplir con la ley vigente de arrendamientos.
  • Dejarse asesorar por profesionales: la experiencia es clave.

Esperamos que no te encuentres nunca con ninguno de estos problemas. Cualquier cosa, no dudes en acercarte a nosotros.

¡Hasta la próxima!