Con este artículo cerramos la serie de ¿Cómo fijar el precio de su vivienda? que iniciamos semanas atrás.
Si usted quiere vender su piso, lo más importante es ponerlo en un precio adecuado, conforme al mercado actual. Si pusiera un precio muy alto, el piso no tardaría en «quemarse» en el mercado, y los posibles compradores no prestarían ni siquiera atención a una oferta tan desmesurada. Si por el contrario se pone un precio por debajo del mercado, se estaría perdiendo dinero en la venta.
Pero saber el precio de venta -sin una bola de cristal- no es nada sencillo en un mercado inmobiliario como el actual.
Esta semana un cliente nos encargó la venta de su propiedad en la calle Vallehermoso. Al conocer muy bien la zona de Chamberí, le pudimos indicar las grandes diferencias que hay entre los barrios del distrito e incluso entre unas calles y otras. Además de la ubicación, le hicimos un estudio de las calidades del edificio y del inmueble. Dentro de estos parámetros, pudimos obtener un precio orientativo de venta, pero no hay que olvidar que cada piso es totalmente distinto a los demás. El criterio del precio es el que va a hacer que un comprador se decida o no por esa casa.
La metáfora de la caña de pescar ilustra muy bien el proceso de venta. Si el cebo está muy alto ningún pez estará a nuestro alcance, por muy «expertos pescadores» que podamos llegar a ser.
Todo inmueble tiene un comprador, pero hay que saber «pescarlo» en medio de un mercado que en ocasiones es muy complicado. La pericia en la venta y todos los medios que se pongan (publicidad, plan de marketing, anuncios en portales online, etc) nunca serán suficientes si el precio es muy alto.
A veces se nos olvida algo que es de sentido común: El precio de un bien es el que alguien esté dispuesto a pagar.