Anécdotas inmobiliarias para no dormir

¿Te llama poderosamente la atención lo que pone en el titular? Pues, más te va a sorprender todavía el deselance de esta historia, de la cual revelaremos los pecados, pero respetando la confidencialidad de los pecadores; además de contar con la aquiescencia de los mismos para narrar tan hilarante episodio.

Hace alrededor de cinco años, Menganito puso su casa del barrio de Salamanca en venta por un millón de euros. Tras un puñado de intentos malogrados de compraventa, un día inopinado, se presentó Fulanito en las orillas de su propiedad, portando un maletín con tres millones en metálico. El dinero era real. Los billetes no habían sido extraídos de la chistera del señor del Monopoly.

Menganito, como era de esperar, palideció de perplejidad ante un ofrecimiento tan insólito como aparentemente descabellado. Fulanito, por su parte, estableció un requisito indispensable para comprarle el inmueble por tres millones de euros. Éste consistió en que adquiriría su casa con todas sus pertenecias (incluida la ropa), alegando que le daba una «pereza superlativa» decorarla de principio a fin. También, adució a que jamas había visto una casa con un home staging tan exquisito.

Menganito, pese a que su casa gozaba de una decoración espectacular y a que la misma atesoraba objetos de un valor digno de encomio, no titubeó ni un instante en firmar una compraventa por el triple del valor inicial de su propiedad. Y la misma se formalizó con un éxito tan relampagueante como atronador.

¿Por qué Fulanito le ofreció a Menganito tres millones de euros en vez de uno?

El primer motivo fue tan clarividente como meridiano: le sobraba el dinero a raudales. La segunda razón tuvo bastante más sentido: Fulanito era un comerciante de productos de máximo lujo y necesitaba una casa con una decoración excelsa para deslumbrar a sus clientes potenciales. En otra palabras, ansiaba un hogar que le sirviese de oficina de renombre al mismo tiempo. Y nos consta que, pese al despilfarro efectuado en la compraventa, le salió sumamente rentable la operación con el transcurso de los años.

Si una moraleja podemos extraer de esta historia, en apariencia, tan lunática, es la importancia crucial que tiene el home staging, véase la puesta a punto y decoración, de una casa a la hora de venderla.

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